El arteterapeuta se vale del uso sistemático de la música con el fin de mejorar, mantener o recuperar el funcionamiento cognitivo, físico, emocional y social, y prevenir o lentificar el avance de distintos tipos de condiciones médicas.

   Con la utilización clínica de la música pueden activarse procesos neurológicos, fisiológicos y emocionales que permiten despertar y restaurar funciones disminuidas o deterioradas y realzar tratamientos convencionales.

   A diferencia de la música utilizada en forma recreativa, la música como terapia promueve cambios permanentes en el contexto de un proceso y tratamiento que se desarrolla en el transcurrir de las sesiones con el terapeuta.

   La musicoterapia ejercida por un profesional especializado es parte integrante del equipo interdisciplinario de salud. Ofrece un abordaje integrativo, no farmacológico y no intimidante con el que se trabajan aspectos físicos y emocionales del paciente promoviendo así una mejor calidad de vida.

En el caso particular de los trastornos neurológicos, la musicoterapia es efectiva en la estimulación de áreas del cerebro que pueden estar afectadas como así también creando puentes hacia áreas del cerebro que permanecen sanas.

Es efectiva en niños con necesidades especiales promoviendo desarrollo, crecimiento y mejoras en áreas como atención, concentración, control de impulso, y relaciones interpersonales.