Miriam Rotemberg, nacida en Buenos Aires. Recibida en 1985, en la Universidad del Salvador, como  Licenciada en Psicopedagogía.

Sus primeros pasos los dio en distintas instituciones educativas para continuar su experiencia formativa, (desde 1983 hasta 1997) desde el Nivel Inicial de educación formal  hasta el  Nivel secundario. Recorrió establecimientos estatales, privados  y municipales. Ocupó diversos cargos, desde maestra, hasta integrar parte del gabinete escolar. En 1994 ingresó en la escuela especial de San Clemente del Tuyú, Partido de la Costa.

En 1998 se incorporó al Servicio de Salud Mental del Hospital General de Santa Teresita, donde permaneció durante 7 años hasta se trasladó a la ciudad de  Villa Gesell, donde trabaja, actualmente,  de manera independiente en su propio consultorio, estando siempre en conexión con equipos interdisciplinarios.

Esta profesional nos aporta una mirada general sobre la importancia del juego y nos abre la ventana a una mirada atenta.

Freud decía que el niño no solo juega buscando reproducir situaciones placenteras, sino también para elaborar las que le resultaron dolorosas o traumáticas.Por eso el terapeuta observando el desarrollo de un juego obtiene valiosa información.

El juego  es el lenguaje utilizado por los infantes, por eso su aparición es muy temprana. Hay juegos característicos en determinados períodos madurativos. Su ausencia denuncia y da una señal de alerta.

No todos los niños juegan, hay algunos que sufren una fuerte inhibición y solo miran de lejos sin poder interactuar.Otros se mimetizan con el juguete brincando y saltando mientras lo mueven.

Hay quienes en lugar de realizar un escenario donde desarrollar la historia, solo ubican cada elemento en un lugar determinado, armando una larga serie de pequeños objetos, uno detrás de otro. Cada situación describe un padecimiento.

Uno de los primeros juegos aparece cerca de los 4 a 6 meses, según las observaciones de Arminda Aberastury, consiste en el famoso juego de esconderse o esconder de su vista un objeto tirándolo, las cosas aparecen o desaparecen de su campo visual, reproduce activamente las vivencias pasivas cuando los adultos significativos están en contacto  o se alejan. Así procesan y comienzan a elaborar las pérdidas.   Su cuerpo es el principal juguete, reconoce y mueve sus extremidades, juega con los sonidos que salen de su boca, (laleos), se prepara para conquistar el mundo.

Junto a la posibilidad que brinda la locomoción, aparece la diferenciación sexual y por ende la elección de juguetes, (autos o muñecas), jugando investiga y descubre.

Los 6 años, marcan con la entrada a la educación sistemática una modificación, aparecen las letras y números en su reemplazo que se emplean en el juego reglado, aprendiendo las primeras normas sociales, el respeto de las pautas, la tolerancia a la frustración, el compartir un momento sea cual sea el resultado.

Los juegos de azar dan paso a los de estrategia lógico matemática, (ajedrez) o verbales, (crucigramas) en la pubertad, siendo el desarrollo de su pensamiento  y  el despliegue de sus capacidades y habilidades los responsables de su victoria.

El juego nunca desaparece, solo se modifica para prestar servicio a una nueva situación.

                            Miariam Rotemberg

miriampsicopedagoga@hotmail.com